viernes, 23 de noviembre de 2012

EL ESPACIO EN WILLIAM WILSON DE E.A. POE



EL ESPACIO EN WILLIAM WILSON DE  E.A. POE

    El espacio en esta obra, sobre todo la descripción que de la escuela se hace en el primer episodio (un edificio gótico de aspecto misterioso), predispone al desarrollo de lo fantástico. La acción del relato transcurre en varios espacios educativos (escuela, Eton y Oxford) y de ocio (diversos países hasta llegar a Roma), que jalonan la trayectoria vital del protagonista en una persecución que se cierra sólo con la muerte.
El primer espacio que se muestra es la escuela de Bransby, la cual es descrita de una forma muy minuciosa; un caserón isabelino amplio e irregular en un pueblo de Inglaterra cubierto de niebla donde se alzaban innumerables árboles nudosos y gigantescos. Se erguía en un terreno extenso rodeada de un sólido muro de ladrillos coronado por una capa de cemento y de vidrios rotos similar al de una prisión y que contaba con un campo de juegos y un aula. Cabe destacar que algunos de los elementos descritos presentan rasgos góticos como por ejemplo el campanario de la iglesia o las ventanas del aula.
Más tarde, la acción se desenvuelve en Eton, donde el protagonista estuvo tres años en los cuales se vio arraigado en los vicios de las orgías, las cartas y el alcohol. La universidad de Oxford también cobra especial relevancia, aunque apenas sea descrita, pues en dicho emplazamiento tendrá lugar gran parte de la trama argumental como la partida de cartas que se narra dentro de la habitación de Preston. Por último cabe incluir el palacio del duque napolitano Di Broglio ya que es donde se celebra el baile de máscaras donde Wiliam Wilson II será asesinado.
Es preciso aclarar que a lo largo de la obra se plantean distintos emplazamientos de los personajes especialmente del protagonista frutos de su huida ante el acoso de su doble se trata de distintos viajes de los cuales no conocemos absolutamente nada. Estos espacios son París, Moscú, Viena y Berlín así como Egipto, Nápoles y Roma.
Se trata en definitiva del viaje de la vida, con sus diversas estaciones, como metáfora de la corrupción moral de WW, y la conciencia, su doble, en seguimiento de dicho viaje.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Otro artículo más sobre "El doble"

http://www.ucm.es/info/especulo/numero30/wwilson.html

RESUMEN DEL ARGUMENTO DE WW DE POE

RESUMEN DEL ARGUMENTO DE WILLIAM WILSON DE POE


A los quince años, el carácter impositivo de William Wilson le permite ganar ascendencia sobre todos sus condiscípulos de escuela, salvo uno: un tal William Wilson. Alguien que, por extraña coincidencia, se llama igual que él y pretende oponerse a su dominio arbitrario sobre los demás. Su insistente antagonismo es extremadamente hiriente por el tono de suficiencia que oculta bajo un aparente aire protector. Sin embargo, nadie advierte esta situación. Los alumnos de clases superiores tal vez piensan que son hermanos (esa sola insinuación lo exaspera); si así fuera, tendrían que ser gemelos, pues nacieron el mismo día y el mismo año. De hecho, son compañeros inseparables.
El rival del protagonista tiene un defecto en los órganos vocales que lo obliga a hablar en un
susurro apenas perceptible. Este inoportuno antagonista se dedica a perfeccionar una imitación del protagonista (que abarca sus palabras, sus acciones, su forma de vestir), de tal modo que su extraño susurro se convierte en el eco mismo de su voz. No obstante, William Wilson reconoce que si hubiese aceptado aquellos susurrantes consejos, habría sido un hombre mejor y feliz.  Posteriormente, tras un terrible altercado con su antagonista, deja la escuela. Huye aterrorizado al comprobar la extraordinaria semejanza entre él y su réplica. Desde entonces, el otro William Wilson, implacable, lo persigue para hacerle oír su susurro acusador en los momentos álgidos de su vida disoluta.
           
Ingresa en la escuela preparatoria de Eton. Durante una orgía secreta en su cuarto (con unos cuantos tragos a su haber), irrumpe un criado para avisarle que lo necesitan con urgencia en la puerta. Cuando sale, distingue en la penumbra a un joven de su misma talla que viste una bata a la moda igual a la suya. No puede ver sus facciones. Se abalanza sobre él y murmura con petulante impaciencia: “—William Wilson”. Su embriaguez se esfuma por encanto ante la repentina desaparición del visitante. Inquieto, no cesa de preguntarse quién era, de dónde venía, qué quería.

            Ingresa en Oxford, donde no tarda en familiarizarse con las innobles artes del jugador profesional. No le tiembla la mano cuando despoja de su dinero a su condiscípulo Glendinning, a quien suponía una persona de muchos recursos. En definitiva no lo era y lo deja en la ruina absoluta. En ese preciso instante aparece el otro Wilson embozado en una capa; el penetrante susurro interrumpe la sesión de juego para denunciar sus malas artes. Una vez desenmascarado, se le invita a abandonar Oxford, y por lo pronto, a dejar la habitación. Le entregan otra capa, idéntica a la suya. Nadie había reparado que ya la tenía en su brazo, lista para ponérsela. Aterrorizado, se la echa encima y abandona el lugar. Pero huye en vano. El otro Wilson se le aparece esté donde esté; ya sea Viena,  París, Berlín o Moscú. Se cruza en su camino para malograr actos o frustrar planes que, de llevarse a cabo, habrían culminado en un perjuicio irreparable.
 
            En Roma, durante el carnaval, cuando está a punto de encontrarse con la bellísima esposa del caduco duque napolitano Di Broglio, una mano se posa en su hombro y a su oído llega el fatídico susurro. Se vuelve hacia él para aferrarse violentamente a su cuello. Tiene un disfraz idéntico al suyo: el de un noble español de capa y espada. Incontenible, lo vapulea y lo obliga a un duelo definitivo en una recámara contigua de las muchas que había en el palacio.
Fuera de sí, le atraviesa el pecho con su espada en repetidas ocasiones. De pronto, le parece ver como en un espejo, su propia figura pálida y ensangrentada. Mas insiste en pensar que es el otro Wilson, aunque idéntico a él hasta en los más mínimos detalles. Finalmente, es Wilson quien habla, aunque hubiera jurado que era él (pues ya ha desaparecido el susurro) cuando dice:

            "—Has vencido y me entrego. Pero también tú estás muerto desde ahora…, muerto para el mundo, para el cielo y para la esperanza. ¡En mí existías…, y al matarme, ve en esta imagen, que es la tuya, cómo te has asesinado a ti mismo! "

Edgar Allan Poe publicó este cuento en 1839. Narrado en primera persona, retoma con fulgurante energía la figura de el doble, de larga trayectoria tanto en la tradición popular como en la literatura, para dar vida a la pugna entre el individuo y su conciencia.

Corto Continuidad en los parques

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RELATO BORGES Y YO

Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pase de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con el infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé cuál de los dos escribe esta página.

Artículo sobre William Wilson

http://www.ucm.es/info/especulo/numero30/wwilson.html

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Continuidad de los parquesJulio Cortázar
Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

martes, 20 de noviembre de 2012

William Wilson de Edgar Allan Poe

Desde aquí puedes acceder a la segunda lectura; William Wilson, correspondiente al Tema 2 de nuestro profgrama:

http://www.buenastareas.com/ensayos/Edgar-Allan-Poe-William-Wilson/517601.html

TOLSTOI Y EL REALISMO

HISTORIA DEL DÍA

Tal día como hoy hace 98 años moría el novelista ruso Liev Nikoláievich Tolstói - también conocido como León Tolstói - (1828-1910), uno de los más destacados narradores de todos los tiempos.

Hijo de un terrateniente de la
vieja nobleza rusa, quedó huérfano a los nueve años y tuvo tutores franceses y alemanes hasta que ingresó en la Universidad de Kazán, donde estudió lenguas y leyes.

En 1851 ingresó en el ejército y dio a conocer su ciclo autobiográfico, compuesto por las obras "Infancia", "Adolescencia" y "Juventud". En 1856 se instaló en San Petersburgo y se consagró a la literatura. De entre sus obras más importantes cabe destacar: "Ana Karenina", "La muerte de Iván Ilich", "Guerra y paz" o "La sonata de Kreutzer".

Sus ideas sobre la «no violencia activa», expresadas en libros como "El reino de Dios está en vosotros" tuvieron un profundo impacto en grandes personajes como Gandhi y Martin Luther King.

*Caricatura de José María Casanovas