lunes, 11 de febrero de 2013

IRÈNE NÉMIROVSKY

Además de sufrir las consecuencias de la Revolución bolchevique, que la hizo huir de tierras rusas en 1917 y posteriomente los de la II Guerra Mundial, otros sucesos de carácter más personal marcaron hondamente a la autora desde su infancia. Su madre fue un persona fría, más preocupada por su propia vida y "juventud" que por su hija. La relación de madre e hija siempre fue distante. Respecto al padre, recelaba de su origen judío. La relación con su familia es un tema recurrente en los textos de Némirovsky, prueba de ello es su relato "El baile" y su obra "El vino de la soledad", obra que tendremos que leer en el último trimestre.

IRÈNE NEMIROVSKY

Manuscrito de "Suite francesa", obra que Irène Némirovsky estuvo escribiendo hasta poco antes de ser deportada, en 1942, a los campos de concentración nazis. En ella retrata los sucesos de la II Guerra Mundial durante la ocupación de Franci...a por las tropas alemanas.

Fragmento de "Suite francesa"

Lo que llegaba no eran los alemanes, sino un alemán. El primero. Tras las puertas cerradas, por las rendijas de las persianas medio bajadas o los ventanucos de los graneros, todo el pueblo lo vio acercarse. Detuvo la motocicleta en la plaza desierta. Llevaba guantes, un uniforme verde y un casco bajo cuya visera pudo verse, cuando alzó la cabeza, un rostro fino y sonrosado, casi infantil.

-¡Qué joven es! -murmuraron las mujeres, que, sin ser plenamente conscientes, esperaban alguna visión del Apocalipsis, un extraño y horripilante monstruo.

El alemán miraba alrededor buscando a alguien. De pronto, el estanquero, que había participado en la guerra del catorce y llevaba una cruz de guerra y una medalla militar en la solapa de su vieja chaqueta gris, salió de su establecimiento y avanzó hacia el enemigo. Por unos instantes, los dos hombres permanecieron inmóviles, frente a frente, sin decir palabra. Luego, el alemán sacó un cigarrillo y pidió fuego en mal francés. El estanquero respondió en peor alemán, porque había estado en la ocupación del dieciocho, en Maguncia. Tal era el silencio (todo el pueblo contenía la respiración) que se oían todas sus palabras. El alemán pidió indicaciones. El francés se las dio y a continuación, envalentonado, preguntó:

-¿Ya se ha firmado el armisticio?

El alemán abrió los brazos.

-Todavía no lo sabemos. Eso esperamos -respondió.

Y la resonancia humana de aquellas palabras, de aquellos gestos, que demostraban que el alemán no era un monstruo sediento de sangre sino un soldado como los suyos, rompió de golpe el hielo entre el pueblo y el enemigo, entre el campesino y el invasor.

-No parece mala persona -cuchichearon las mujeres.

El alemán se llevó la mano al casco, sonriendo, con un movimiento inseguro y como inacabado, que no era ni un saludo militar propiamente dicho ni el de un civil para despedirse de otro. Luego, tras una breve mirada de curiosidad a las ventanas, arrancó la moto y desapareció. Las puertas se abrieron una tras otra y todo el pueblo salió a la plaza y rodeó al estanquero, que, inmóvil, con las manos en los bolsillos y la frente arrugada, miraba a lo lejos. En su rostro se superponían expresiones contradictorias: alivio porque todo había acabado, tristeza y cólera porque había acabado de aquel modo, recuerdos del pasado, miedo al futuro... Todos sus sentimientos parecían reflejarse en la cara de los demás. Las mujeres se enjugaban las lágrimas; los hombres, silenciosos, tenían una expresión obstinada y dura. Los niños, momentáneamente distraídos de sus juegos, volvían a sus canicas y su rayuela. El cielo resplandecía con una luminosidad radiante y plateada; como ocurre a veces en mitad de un día espléndido, un imperceptible vaho, tierno e irisado, flotaba en el aire y avivaba los frescos colores de junio, que parecían más puros y nítidos, como vistos a través de un prisma de agua.

IRÈNE NÉMIROVSKY

Un día como hoy, de 1903, nació Irène Némirovsky, novelista ucraniana, aunque vivió en Francia y escribió en francés. Hoy rescatamos su obra y vida. No fue hasta redescubrir su novela inacabada, "Suite francesa", que se le rescató del olvido. Os dejamos con un artículo de "El País" (2006), que habla de ello.
http://elpais.com/diario/2006/06/02/cultura/1149199212_850215.html